QUE NUESTROS HECHOS HABLEN

Seguramente hemos oído un famoso dicho que dice: " Más pronto cae un hablador que un cojo". Y en definitiva parece ser que este adagio popular tiene hoy en día mucha vigencia.

Cuántas veces nos ofrecieron maravillas en el proceso en el que nos trataron de convencer para que adquiriéramos un determinado producto o servicio, y a la hora de recibirlo sufrimos una lamentable decepción. Lo que pasa es que el ofrecimiento enriquece pero el dar es lo que aniquila, dicen también por ahí. Crecí en un tiempo en que los hombres hacían valer su palabra, tengo 68 años, conviví con mis abuelos, tíos, y familiares acostumbrados a hacer tratos comerciales de valores considerables y todos esos tratos se hacían siempre, confiando en la palabra empeñada, porque faltar a la palabra era una gran deshonra para el que cometía ese pecado, era ser condenado al repudio de la sociedad entera. La integridad es un valor que hoy, a menudo tampoco se tiene, los comerciantes, no todos desde luego, buscan las ganancias rápidas y fáciles, sin pensar en el descrédito que dar malos servicios conlleva. En nuestra empresa buscamos siempre la satisfacción total de nuestros clientes porque lo que más buscamos es que un cliente satisfecho no recomiende con otro cliente que busca justamente eso; satisfacción a buen precio. Que nuestros hechos hablen entonces y no lo que se promete y no se cumple. Me encanta un proverbio chino que dice: